La terrible historia de Ana Orantes

 

Hace tan solo 26 años, la violencia de género se consideraba un asunto familiar, corriente y hasta justificable.  Ana Orantes después de vivir 40 años de maltrato decidió con gran valentía dar voz a lo que estaba sufriendo dentro y fuera de su casa a través del programa de televisión “De tarde en tarde”, en la cadena de televisión andaluza Canal Sur. Esto tuvo una gran repercusión y un impacto para toda la sociedad.   

 

Esta mujer sufrió todos los tipos de violencia existentes. Sus años de maltrato machista comenzaron con la violencia psicológica siendo conscientes sus suegros dado que vivían en la misma vivienda. Su suegra -cuando se enteró de que recibía golpes físicos- literalmente le dijo que si le pegaba o le daba un beso no era asunto suyo. Además, reproducía una violencia psicológica hacía ella devastadora, diciendo cosas como que si le pegaba era porque algo habría hecho mal. Podemos observar como aun así con todas las injusticias machistas sufridas, una vez más, la mujer era la culpable.

 

Al cabo del tiempo, su suegro, incluso llegó a ejercer violencia física hacía Ana, entrando en un espiral de malos tratos interminable. Sin ir más lejos -situándonos en el contexto histórico de la época-, cuando una mujer iba a denunciar una agresión machista la policía declaraba que eso eran asuntos de familia, invalidando los derechos de la mujer y consiguiendo estar totalmente desamparada por el estado. Encima de no tener una respuesta jurídica por parte del sistema, el divorcio era ilegal, se legalizó en el año 1981. 

 

La violencia fue aumentando cada vez más fuerte y con más frecuencia. Cualquier excusa era válida para pegarle una paliza a la superviviente. Ana tuvo 8 hijos e hijas las cuales sufrieron violencia vicaría. El agresor utiliza este método para hacer daño a la mujer a través de sus hijos e hijas. Redactando el caso en televisión Ana Orantes afirma que varias de sus hijas han sido agredidas sexualmente por este. 

 

La única solución que puso la justicia a disposición fue dividir la casa en dos partes teniendo así que convivir con el agresor. 10 días más tarde de contar lo ocurrido en televisión Ana fue quemada viva en el jardín de su casa por su ex marido.

 

Hoy en día la violencia de género está respaldada por la ley, pero no podemos olvidar que llevamos muchísimos años atrás luchando para acabar con estas injusticias perpetradas por el sistema patriarcal procedente. 

 

¿Y por qué es importante recordar este caso? Ya que, en base a este feminicidio en 1999, se cambió el código penal para tipificar la violencia psicológica como una forma más de maltrato. En 2004 tras la llegada de Zapatero a la presidencia, el PSOE remitió un anteproyecto de la ley integral contra la violencia de género. Tras su tramitación parlamentaria la ley 1/2004 fue aprobada por unanimidad. 

 

Por tanto, gracias a la fuerza y valentía de Ana Orantes hoy en día tenemos una ley que respalda los maltratos que muchas mujeres han vivido y viven. No obstante, seguimos luchando para reducir la violencia de género a través de intervenciones de carácter integral dirigido al colectivo de las mujeres migrantes víctimas o potenciales víctimas mediante proyectos como el de NI UNA MÁS: Servicio de prevención, sensibilización y atención integral a mujeres migrantes en situación de violencia de género cofinanciado por el Fondo Social Europeo (FSE) y el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.