Entrevista

¿Podrías presentarte brevemente?

Soy Tatiana Saavedra, artista plástica y gestora cultural colombiana. En este momento me encuentro haciendo el Master en Desarrollos Sociales de la Cultura  Artística en la Universidad de Málaga. Como ser humano y como artista, me gusta el trabajo en colectivo con la finalidad de sentirnos mejor y tener más empatía y mis herramientas son la escritura, el cuerpo y la escultura, pero sobre todo el diálogo y la escucha.

 ¿Cómo conociste la Asociación Marroquí?

Estaba buscando unas prácticas para el máster y quería que fuera una experiencia enriquecedora para mi espíritu y mi trabajo tanto artístico como social; le conté a un amigo de Bellas Artes y me recomendó la asociación, así que me acerqué y me encantó!

¿Por qué has decidido hacer tus prácticas en la Asociación Marroquí para la Integración de Inmigrantes?

En principio decidí hacer mis prácticas allí porque me gustó y me sentí identificada con el enfoque comunitario, solidario y político de la asociación; además, vi que les falta abordar más el componente artístico y sensible dentro del programa que ofrece el centro. Como dije en la pregunta anterior, sentí que trabajar con la asociación enriquecería mi espíritu y mi trabajo, y también un nuevo idioma significaría un nuevo reto para mi. Finalmente, porque la recepción de Helena y las personas que trabajan allí fue muy amigable y de confianza.

¿Cuáles son tus principales tareas en la asociación?

En la asociación estoy dando refuerzo de español a través de actividades artísticas al grupo de jóvenes del programa “Acompáñame”. Por medio de diferentes talleres y una exploración de los sentidos, he tratado de que tengan más confianza, empatía y logren una mejor comunicación. También que se acerquen al arte y a las experiencias sensibles e impredecibles y así puedan ampliar su lenguaje del español al lenguaje de las emociones, del arte y lo esencial de la vida.

¿Cómo ves la situación actual de los inmigrantes en España?

Lamentablemente creo que desconozco la situación a fondo. Sin embargo, de lo que conozco, veo y comprendo, considero que es muy complejo, pues por un lado, la ayuda gubernamental, aunque amplia y diversa, no es suficiente; y por otro lado, la falta de empatía y conocimiento de la gente siguen generando discordia y distancia, imposibilitando la ayuda comunitaria, que es la más cercana y efectiva. No es un secreto que cada vez migra más gente al país y siendo las oportunidades casi remotas, se genera un estancamiento social, una cotidianidad de pánico e indiferencia y sólo la atención de pocos interesados.

¿Qué tipo de actividad te gustaría realizar que todavía no has realizado con este colectivo?

Me gustaría generar una plataforma de intercambio cultural entre los asistentes de otras nacionalidades y la gente de la comunidad y el barrio, donde ellos puedan contar sus experiencias y compartir gustos, miedos y crear así oportunidades laborales, culturales y de convivencia en los espacios públicos donde todos habitan.

¿Crees que tu experiencia en la Asociación Marroquí tendrá un impacto positivo en tu vida? ¿Qué te llevas de aquí?

Definitivamente sí, ha sido un reto que me alegra haber aceptado y me llevo mucho crecimiento como persona, artista y gestora. Además ha aumentado mi paciencia y mi capacidad de escucha y comprensión, junto con soluciones creativas ante situaciones adversas. Me llevo también un sentimiento de amor y de apoyo por parte de todo el equipo del centro, la sonrisa y calidez que me dieron cada mañana al verme y la felicidad al ver cada sesión más y más jóvenes llenos de confianza y amistad hacia mí. Un sentimiento de familiaridad y satisfacción al conocer una nueva cultura a través del arte y el lenguaje.