Entrevista

En pocas palabras, ¿cómo te defines?
Mi nombre es Dunia Mohamed Abdelkader, soy ceutí y actualmente me encuentro en Granada, ciudad de la que vivo totalmente enamorada. Estudié Educación Social en la facultad de mi ciudad natal y posteriormente me vine a la ciudad nazarí a cursar el Máster de Artes Visuales y Educación. Me considero una persona muy creativa, dinámica y exigente, totalmente concienciada con todas las injusticias sociales que afectan a la sociedad de hoy en día y ante las cuales pienso que debemos mostrar nuestro desacuerdo. Me gusta incorporar el tema artístico en todas y cada una de las ideas que presento, ya que considero que el mejor medio de comunicación que tenemos y es adaptable a cualquier circunstancia.

¿Cuál fue tu primer contacto con la asociación?
Conocí la asociación en una de mis visitas a Málaga, ya que vi algunos carteles promocionando una charla sobre islamofobia, la cual captó mi atención por completo. En ese momento me encontraba buscando un sitio para hacer prácticas, por lo que apunté el nombre de la asociación y posteriormente me informé sobre la sede en Granada. Me puse en contacto con ellos y la acogida fue maravillosa desde el primer momento.

¿Qué rol tienes en la asociación y qué tareas realizas? 
Ejercía mi rol de educadora social introduciendo las artes visuales en todos los proyectos que elaborada. Los dos meses y medio de duración que tuvieron mis prácticas se basaron en la elaboración y ejecución de talleres de gran contenido artístico, en su mayoría fotográficos, durante el confinamiento, los cuales espero que hayan sido de ayuda para amenizar estos tiempos de incertidumbre que estamos viviendo.

¿Cómo es un día “normal” en la Asociación? 
Si tuviese que definir con una palabra al equipo que conforma la Asociación Marroquí sería “trabajadores”, por lo que un día normal es un día de bastante faena laboral. Pude observar en mi caso en la sede de Granada cómo cada una de mis compañeras se desvivía por atender todas y cada una de las necesidades de las personas que pasaban por la asociación. Es más, cuando comenzó el trabajo telemático a causa del COVID-19, me pude cerciorar de que no era un caso ajeno, y es que todo el mundo en la asociación tiene la misma manera de trabajar. He llegado a la conclusión de que para ellos

no se trata de un trabajo y va mucho más allá, y es algo que valoro a la hora de trabajar con otras personas.

¿Ya habíais trabajado previamente esta temática o en un proyecto similar? 
Al pertenecer a una ciudad como Ceuta el tema migratorio es algo que está en mi ADN, y es que la mitad de mi familia en algún punto de su vida tuvieron que migrar, por lo que es algo que me afecta personalmente. En Ceuta estuve trabajando mano a mano con personas afectadas por el proyecto migratorio a través de historias de vida, y fue entonces cuando realmente pude ser consciente de las dificultades por las que tienen que pasar estas personas para poder conseguir una vida “normal”, y la cantidad de prejuicios a los que están sometidos/as. Ahí me percaté de “los privilegios” que me fueron concedidos por haber nacido en un lugar concreto, y que a muy pocos kilómetros de donde me encontraba la situación era insostenible para muchas personas.

¿Qué novedades aporta tu paso por la asociación en tu experiencia? 
Sin duda destaco toda esta “adaptación informática” a la que nos hemos visto sometidos tanto nosotros/as como el resto de compañeros/as beneficiarios de los cursos o talleres impartidos por la asociación. Cuando el estado de alarma se apoderaba de la normalidad a la que estábamos acostumbrados, la asociación supo estar a la altura y seguir trabajando con serenidad y adaptar todas las intervenciones a las circunstancias.

¿Qué es lo que más valoras de tu espacio de trabajo?
Si tuviese que destacar algo por parte de la asociación sería la libertad y confianza que se depositó en mí desde el primer momento para poder llevar a cabo cualquier de las aportaciones que proponía. Además, como bien mencionaba antes el equipo de trabajo está formado no sólo por grandes profesionales, sino por maravillosas personas con las que he tenido el placer de trabajar mano a mano, un equipo del que me sentí parte desde la primera semana. Y lo que valoro principalmente es la relación de reciprocidad que se mantiene con el resto de compañeros/as usuarios de la asociación, los cuales hacen que la labor sea tan fácil y agradecida que hacen olvidarte de que estás trabajando.